30 mar 2011

S.O.

El cielo y el infierno. Una llave rota o una taza de leche. Leyes que dependen de un ínfimo detalle. Dos lugares distintos pero iguales. La diferencia entre ellos depende solo de un hilo.
No encontramos solo objetos, también hay personas, ingenieros, mozos, picazos, creativos, secretarias, profesores, alemanes, marinos, feriados, gerentes, músicos. Todos juntos, cosas y personas coordinan las leyes.
La estadía infinita por el cielo y el infierno se convierte en aquel abismo por cual caemos de manera solitaria para descubrir quién es uno, sin saber donde se está parado.

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